Miguel Martínez
El Periódico de Catalunya / 9-V-2010
Siempre hay una sonrisa en su boca. A Lewis Hamilton se le ve feliz, dentro y fuera del coche, cuando adelanta como un poseso en el circuito o cuando se divierte en la calle, aunque sea a fuerza de vérselas con la policía de Melbourne por quemar rueda en un aparcamiento. Le gusta la música, le encanta ejercer de DJ, reírse con sus amigos, conocer gente importante, vivir el lujo que le permite la F-1... Quiere aprovechar cada momento de su vida, también en Barcelona, una ciudad que le encanta.
–¿Qué mantiene y qué ha cambiado en usted tras ser campeón?
–Creo que en la mayoría de las cosas soy igual. Quizá mi forma de ver las cosas sea diferente, por ejemplo, la sensación de estar en el paddock después de haber sido campeón es una sensación muy agradable. Pero en el resto de aspectos todo es igual.
–Dígame quiénes van a luchar por el título en el último gran premio.
–Imposible de predecir, hay demasiadas escuderías implicadas en busca de la victoria. Solo llevamos cuatro carreras y es complicado decantarse. Te hablaría de Red Bull, Ferrari, McLaren… (se lo piensa)…Quizá Mercedes. Lo que no puedo decir es el nombre de los pilotos.
–¿Cuál es para usted el piloto más completo de la parrilla de F-1?.
–Creo que todos los pilotos son muy buenos, así que es difícil decidir, pronunciarse, dar un solo nombre. Es muy complicado, hay cosas que desconozco del resto de compañeros, no te podría decir quién es el mejor trabajando con los ingenieros, el peor… Creo que Jenson (Button) es muy concienzudo con los ingenieros, es un gran piloto. Pero desconozco cómo trabaja Fernando con los suyos, cómo lo hace Felipe… Todos trabajamos para ser los mejores. No somos perfectos, pero lo intentamos. Estamos obligados a ello, sí.
–Oviedo puso el nombre de Alonso a una de sus calles e, inmediatamente, un fan suyo bautizó la calle de al lado como Lewis Hamilton. ¿Qué le parece tener fans en Oviedo?
–¿En serio? ¿De verdad ocurrió eso? Vaya, no lo sabía, pero tiene su gracia ¿no? Es curioso, sí, muy curioso.
–¿Se siente odiado en España?
–Mucha gente me hace preguntas sobre España, siempre quieren saber cómo me siento en España y le diré una cosa: me encanta España. El tiempo es fantástico, cada año que voy me encuentro con más y más aficionados que me animan.
–Se le ha comparado mucho con Tiger Woods, ¿Qué le parece todo el escándalo que ha protagonizado?
–¡Buff! Difícil pregunta, peor respuesta. Es algo que incumbe a la vida personal de cada uno. Las decisiones que tomas deben servirte para aprender, crecer y progresar.
–¿Se arrepiente de haber hecho el gamberrito por las calles de Melbourne con su Mercedes de calle?
–Soy humano. Lo hice, fue divertido y pagué por el error. No voy a decir que no lo volvería a hacer porque soy joven y soy así. Estoy encantado de haber aprendido mi lección, pero estoy satisfecho de ser como soy, eso lo tengo claro.
–¿Qué necesita para ser feliz?
–Necesito lo mismo fuera como dentro de la pista. Es decir, estar rodeado de buena gente, tener un buen equipo, buen ambiente, el apoyo de mis fans… Y estar enamorado de lo que hago. Fuera de la F-1 necesito tener tiempo para estar con los míos. Estamos aquí por un corto espacio de tiempo así que debemos de asegurarnos de disfrutar cada momento con pasión.
–¿Cuál es su virtud como piloto?
–Sin duda, soy muy bueno a la hora de adelantar, aunque me encantaría oír decir a alguien que soy capaz de conducir a mi equipo a la victoria, ayudarles a conseguirla. Espero que en mi equipo estén orgullosos de cómo trabajo.
–Ya tiene dos amonestaciones por ser muy impetuoso. ¿Qué opina?
–No lo entiendo. La gente dice que soy un piloto agresivo. Yo solo conduzco con mucha pasión. No soy un piloto agresivo, soy un piloto muy apasionado, mucho.
Siempre hay una sonrisa en su boca. A Lewis Hamilton se le ve feliz, dentro y fuera del coche, cuando adelanta como un poseso en el circuito o cuando se divierte en la calle, aunque sea a fuerza de vérselas con la policía de Melbourne por quemar rueda en un aparcamiento. Le gusta la música, le encanta ejercer de DJ, reírse con sus amigos, conocer gente importante, vivir el lujo que le permite la F-1... Quiere aprovechar cada momento de su vida, también en Barcelona, una ciudad que le encanta.
–¿Qué mantiene y qué ha cambiado en usted tras ser campeón?
–Creo que en la mayoría de las cosas soy igual. Quizá mi forma de ver las cosas sea diferente, por ejemplo, la sensación de estar en el paddock después de haber sido campeón es una sensación muy agradable. Pero en el resto de aspectos todo es igual.
–Dígame quiénes van a luchar por el título en el último gran premio.
–Imposible de predecir, hay demasiadas escuderías implicadas en busca de la victoria. Solo llevamos cuatro carreras y es complicado decantarse. Te hablaría de Red Bull, Ferrari, McLaren… (se lo piensa)…Quizá Mercedes. Lo que no puedo decir es el nombre de los pilotos.
–¿Cuál es para usted el piloto más completo de la parrilla de F-1?.
–Creo que todos los pilotos son muy buenos, así que es difícil decidir, pronunciarse, dar un solo nombre. Es muy complicado, hay cosas que desconozco del resto de compañeros, no te podría decir quién es el mejor trabajando con los ingenieros, el peor… Creo que Jenson (Button) es muy concienzudo con los ingenieros, es un gran piloto. Pero desconozco cómo trabaja Fernando con los suyos, cómo lo hace Felipe… Todos trabajamos para ser los mejores. No somos perfectos, pero lo intentamos. Estamos obligados a ello, sí.
–Oviedo puso el nombre de Alonso a una de sus calles e, inmediatamente, un fan suyo bautizó la calle de al lado como Lewis Hamilton. ¿Qué le parece tener fans en Oviedo?
–¿En serio? ¿De verdad ocurrió eso? Vaya, no lo sabía, pero tiene su gracia ¿no? Es curioso, sí, muy curioso.
–¿Se siente odiado en España?
–Mucha gente me hace preguntas sobre España, siempre quieren saber cómo me siento en España y le diré una cosa: me encanta España. El tiempo es fantástico, cada año que voy me encuentro con más y más aficionados que me animan.
–Se le ha comparado mucho con Tiger Woods, ¿Qué le parece todo el escándalo que ha protagonizado?
–¡Buff! Difícil pregunta, peor respuesta. Es algo que incumbe a la vida personal de cada uno. Las decisiones que tomas deben servirte para aprender, crecer y progresar.
–¿Se arrepiente de haber hecho el gamberrito por las calles de Melbourne con su Mercedes de calle?
–Soy humano. Lo hice, fue divertido y pagué por el error. No voy a decir que no lo volvería a hacer porque soy joven y soy así. Estoy encantado de haber aprendido mi lección, pero estoy satisfecho de ser como soy, eso lo tengo claro.
–¿Qué necesita para ser feliz?
–Necesito lo mismo fuera como dentro de la pista. Es decir, estar rodeado de buena gente, tener un buen equipo, buen ambiente, el apoyo de mis fans… Y estar enamorado de lo que hago. Fuera de la F-1 necesito tener tiempo para estar con los míos. Estamos aquí por un corto espacio de tiempo así que debemos de asegurarnos de disfrutar cada momento con pasión.
–¿Cuál es su virtud como piloto?
–Sin duda, soy muy bueno a la hora de adelantar, aunque me encantaría oír decir a alguien que soy capaz de conducir a mi equipo a la victoria, ayudarles a conseguirla. Espero que en mi equipo estén orgullosos de cómo trabajo.
–Ya tiene dos amonestaciones por ser muy impetuoso. ¿Qué opina?
–No lo entiendo. La gente dice que soy un piloto agresivo. Yo solo conduzco con mucha pasión. No soy un piloto agresivo, soy un piloto muy apasionado, mucho.
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