Otra carrera madrugadora y para los que se levantaran prontito para verla en directo (yo preferí la repetición de TV3 a las 12h.) el esfuerzo valió la pena. Poco quedaba por decidir (el campeonato de constructores lo consiguió hoy Red Bull, revalidando título), pero lo cierto es que sí parecía, a diferencia de carreras anteriores, que los pilotos se estuvieran jugando muchas cosas. Hamilton quiere reivindicarse, Vettel se propone igualar la marca de Schumacher de 13 Grandes Premios ganados en un mismo año, Alonso lucha por ganar una carrera este año y Button por demostrar quien manda en McLaren, Webber no quiere perder pistonada en su equipo y Massa recordarnos que sigue vivo. Por su lado, Alguersuari quiere consolidarse en Toro Rosso y que se olviden las dudas, Schumacher pasárselo bien (ya que el retorno no es tan dorado como pensara), Rosberg superar a su compañero de equipo, Petrov y Senna calentar asiento por mucho tiempo y el resto... sobrevivir. Todos quieren algo y hoy lo han dejado bien patente.
Pero Vettel no se conforma con el título ya ganado. Quiere más, mucho más. Y Hamilton apenas ha resistido su ímpetu cuatro curvas, las suficientes para que el Red Bull se pusiera líder de la carrera... condición que no ha perdido en las siguientes 54 vueltas y pico. Webber se las ha tenido con Alonso, mientras éste ha perdido muchas opciones de podio en una lucha fratricida con Massa, mientras Button iba a lo suyo y poco a poco ascendía. En esos seis pilotos estaba la emoción, pero Alguersuari se ha sumado al carro y saliendo 11º ha podido ser 6º finalmente si en su equipo hubieran aprovechado bien la salida del coche de seguridad (accidente de Petrov y Schumacher) para hacerlo entrar en boxes y cambiarle los neumáticos. Pero no pudo ser. El desgaste de Alonso con Massa le pasó factura y aunque en las últimas quince vueltas protagonizó un acoso sobre Button realmente meritorio, hoy ha tenido que rendirse y conformarse con un quinto puesto que no sabe a nada. Mal año el de Alonso en Ferrari: la pérdida del campeonato en Abu Dhabi en 2010 le pasó factura más al equipo que a él, que siempre ha salido con ganas de comerse el mundo. Pero el fiasco del F-150 Italia quedará en los anales, un pésimo coche con el que Alonso apenas ha podido hacer gran cosa. Su frase al terminar la carrera ("quinto y sexto son nuestras posiciones") demuestra algo más que un bajo estado de ánimo: es la constatación del desastre de Ferrari en este 2011. El tercer equipo, eso serán en este año. Y eso duele. La decepción de Alonso se une al flgrante cabreo de Webber con su equipo en la celebración final: ser 3º no le motiva, le indigna, por la cara larga mostrada. Su equipo hace tiempo que se olvidó de él...
Por su parte, McLaren se afianza como la alternativa a Red Bull, que no da señales de desfallecer. Todos los equipos ya están probando el coche de 2012 y en Red Bull parece que siguen imbatibles. Pero en McLaren han encontrado, ante el bajón de un Hamiltonj que da zarpazos pero no resiste en carrera, a un Button que paso a paso ha demostrado ser el mejor de los dos pilotos; solvente, seguro, conservador cuando hay que serlo y agresivo en busca de la victoria. Mercedes se afianza como la cuarta escudería en discordia, por encima de Renault, que se ha desinflado (¿el retorno de Kubica en 2012 cambiará las cosas?), y de Force India, estancada. Toro Rosso suma 100 puntos en la F-1, con un Alguersuari en auge. Sauber es una incógnita, mientras Virgin, Lotus y HRT (antiguo equipo Hispania) merecen estar en una segunda división si existiera.
Decididos los dos campeonatos, las tres carreras pendientes tienen pocos alicientes: ¿igualará Vettel el record de victorias de Schumacher en un solo campeonato? ¿Button será subcampeón? ¿Alonso ganará un Gran Premio, haciéndole olvidar un más que olvidable 2011?
Y vamos ya con las clasificaciones:
